Los entornos naturales dan mucho juego en el mundo de la fotografía. La variedad de colores de la naturaleza y la luz peculiar que se cuela entre árboles y montañas se alían con los fotógrafos con un único fin: captar cada instante de una boda para hacerlo eterno.
El primer día de agosto nos llevó hasta la Sierra del Segura y Alcaraz donde se celebró la boda de Verónica y Carlos. La ceremonia tuvo lugar en la Iglesia de Peñas de San Pedro y la celebración en el Hotel Val de Pinares, un hotel rural situado en plena sierra albaceteña entre las localidades de Bogarra y Paterna del Madera.
Ubicado en la Finca El Gollizno, a 1.140 metros de altitud, el lugar emana paz y tranquilidad. Es un mirador privilegiado al valle que forma el río Madera, rodeado de los picos más altos de la zona como el Almenara o el Padrastro. Es un lugar único y lleno de encanto, donde celebrar una boda de ensueño.
Fue el caso de la boda de Verónica y Carlos, una boda única que duró todo un fin de semana. La boda como tal tuvo lugar el viernes pero las celebraciones se alargaron durante sábado y domingo. Música flamenca en directo, capea y fiesta ibicenca fueron algunas de las actividades con las que la pareja agasajó a sus invitados.
Esta pareja tiene un vínculo especial con el lugar, por eso personalizaron cada aspecto de la celebración. La decoración la eligieron ellos mismos y, junto a sus familias y amigos, la confeccionaron. Tenía una inspiración vintage pero manteniendo la esencia del lugar, del paisaje. Para ello utilizaron flores y plantas aromáticas de la zona, marcos de fotos de madera…, incluso pusieron a disposición de sus invitadas cubretacones, ya que la celebración fue al aire libre, sobre el césped. El resultado, como podéis comprobar en las fotografías, impresionante.
Verónica y Carlos sorprendieron a todos sus invitados pero también fueron sorprendidos. Recuerdan con cariño el momento en el que, en mitad de la ceremonia, se hizo el silencio y empezó a actuar un coro rociero. Ellos no sabían nada y fue muy emotivo para ambos. El viernes la fiesta se alargó durante horas. Todos los invitados disfrutaron mucho de la cena y del baile, toda una FIESTA en mayúsculas.
Gracias a Verónica y Carlos descubrimos otro de los rincones mágicos que tiene la provincia de Albacete. Un lugar que os aconsejamos visitar en cuanto podáis. A ellos les deseamos todo lo mejor y esperamos que sean tan felices como lo fueron ese fin de semana de principios de agosto.
- Si os han gustado sus fotos no dejéis de ver el trailer de su boda.