Hay parejas con las que se crea un vínculo especial en el mismo momento en el que empiezas a conocerlos. Sandra y Guillermo forman una de esas parejas. Son encantadores. Aceptaron todas nuestras sugerencias y consejos, y esa confianza que nos demostraron desde el minuto uno fue fundamental para el resultado final. Eso y que son una pareja fantástica, que se adora, que se complementa y, sobre todo, se ama. Un amor que se nota en el brillo de los ojos de ambos.
Su historia es propia de una película. Se conocieron con apenas 16 años, de forma casual por un amigo común, al ir a patinar a una pista de hielo que se instaló en la Plaza de Toros de la ciudad. Después de algún encuentro fugaz, fue un 26 de marzo cuando volvieron a quedar porque Guillermo se hizo con su teléfono y le mandó un mensaje. Fue en ese momento cuando empezaron a salir. De jóvenes escribieron las metas que alcanzarían juntos como que estudiarían y que se casarían un 26 para siempre celebrar el aniversario de cuando se conocieron. Inmejorable guión para el día de su boda y así fue.
Sandra y Guillermo se casaron el 26 de abril en la Catedral de Albacete, doce años después de aquella primera cita. Fue un día cargado de emociones y sentimientos a flor de piel. El día en el que hicieron memoria de su historia de amor juntos y comprobaron que sus sueños de juventud que habían cumplido, todo era tal y como lo habían imaginado.
Compartieron su gran día con amigos y familiares. Cuidaron al máximo cada detalle para que todos sus invitados se sintieran tan felices como ellos y para que sus familias se sintieran orgullosos de la etapa que iniciaban juntos. La celebración fue en el Club de Golf y, como es habitual en este lugar, fue un éxito.
También fue un día de ausencias y nostalgia, pero con regalos que hacen sentir cerca a los que no están. Fue el caso de un regalo que recibió Guillermo, unos gemelos que habían pertenecido a su padre y que su abuelo le regaló para que los llevara con él el día más importante de su vida.
Sandra lució espectacular con su vestido de Sant Patrick. Es una mujer bella por fuera y por dentro. Sincera, cariñosa y muy fiel a los suyos. Y es que para ambos la familia es una parte vital en lo que son. Gracias a ellos han crecido como personas, como pareja y han conseguido crear juntos un proyecto de vida en común que, seguro, será para toda la vida.
Sandra y Guillermo, aquí tenéis a unos amigos para lo que necesitéis. Sólo nos queda decir una cosa más: ¡Que vivan los novios!